La seguridad en la industria protege a los empleados de los riesgos inherentes a las operaciones industriales, como caídas, quemaduras, intoxicaciones, exposiciones a productos químicos, maquinaria peligrosa, entre otros. Proteger la salud de los trabajadores no solo es una obligación ética, sino que también es esencial para mantener una fuerza laboral saludable y motivada.